La República Argentina
ofrece un escenario propicio para el desenvolvimiento de muchas industrias que,
modestas en sus comienzos, se han transformado en vigorosas empresas debido al
esfuerzo constante de sus iniciadores.
Una de estas, la fábrica
de camisas, cuellos, corbatas, gorras y tiradores, de los señores Sternberg
& Cía. Que acaba de festejar sus bodas de plata, nos ofrece la prueba más fehaciente
de dicho aserto.
Fundada en 1892 la primera
fábrica de los referidos artículos en un modesto local de la calle Cabildo 549,
fue paulatinamente ensanchando su campo de acción hasta llegar a ser hoy,
después de veinticinco años de existencia la más importante de Sudamérica.
La primitiva fábrica Cabildo en 1892
Los fundadores no se
amilanaron por las dificultades que presentaron al principio y con sus enormes
sacrificios trajeron de los más acreditados centros fabriles europeos,
numerosos técnicos para la enseñanza de la difícil y minuciosa confección de
camisas, cuellos, y en general artículos para hombres y niños.
En esa nueva industria
encontraron ocupación adecuada numerosas obreras y obreros, que llegaron a ser
hábiles y escrupulosos en el delicado trabajo que se les confiaba.
Concentrado el empeño en
llevar al más alto grado de perfeccionamiento la fabricación de esos artículos,
se dio impulso a la industria, que ha llegado a reemplazar con ventajas para el
consumidor los productos similares europeos.
La intensidad de ese
esfuerzo constante y tenaz obtuvo la recompensa merecida y esperada. Bien
pronto las camisas, cuellos, corbatas y demás ropa blanca confeccionada en la
fábrica de Sternberg, conquistaron la preferencia del público que consideró
esos productos superiores a los importados, tanto por su calidad y confección
como por su elegancia exquisita, cualidades reconocidas y consagradas en las
numerosas exposiciones, donde fueron premiadas con las más altas recompensas.
Los artículos fabricados
por Sternberg satisfacían las necesidades del mercado y desde entonces nuestro
país dejó de ser tributario de la industria extranjera en los referidos
renglones. Así se incorporó definitivamente a nuestra economía, un nuevo factor
de riqueza. Para dar una idea somera de la importancia de la nueva industria
basta mencionar que la casa Sternberg fabrica mensualmente 14.000 docenas de
cuellos, 2.500 docenas de camisas y 7.500 docenas de corbatas.
En los establecimientos
fabriles trabajan 832 operarios, dirigidos y contraloreados por 117 empleados.
Los locales para la fabricación y depósitos ocupan una extensión total de
15.454 metros cuadrados de superficie cubierta.
La fábrica Cabildo ampliada y tal como se veía en la segunda década del siglo XX.
A los cuatro años de
instalada la primera fábrica, en 1896, el primitivo local de la calle Cabildo
549 fue considerablemente ampliado, destinándolo exclusivamente para la
confección de ropa blanca, y trasladando la fábrica de corbatas a la calle
Cangallo 840/50. En 1904 se construyó el espacioso local de la calle Venezuela
2586/92, digan continuación del primitivo establecimiento.
Casa central en 1892
El 1905 se dio comienzo a
la fabricación de tiradores, ligas y cinturones, con halagador resultado, y
poco después fue implantada la fabricación a gran escala de gorras y sombreros
de tela para hombres, señoras y niños.
El poderoso desarrollo
alcanzado por el país en los últimos años fue seguido paralelamente por la
importante industria, y en 1907 y 1910 fueron construidos dos amplios edificios
anexos al local de la calle Cabildo, destinando tres pisos exclusivamente a
expedición y depósito de artículos para hombres y bonetería.
Casa central tal como se veía en la segunda década del siglo XX.
En los hermosos salones de
la casa central Cangallo 840/50 fue instalado el muestrario completo de todos
los productos y artículos fabricados.
“Labor omnia vincit”
pueden decir con razón los fundadores de la casa Sternberg, y al contemplar las
etapas recorridas en los veinticinco años de existencia comercia, sentirán la
satisfacción del triunfo obtenido al implantar en nuestro país una industria
importante y necesaria.
Marcelo Pablo Scévola (transcripción)
Fuente: revista Fray Mocho
Marcelo Pablo Scévola (transcripción)
Fuente: revista Fray Mocho